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Mostrando entradas de febrero, 2014

A medias...

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El sol entraba por las rendijas de la persiana, fuera hacía mucho calor, Julio apretaba con fuerzas y se dibujaba en el encalado de las casas que se disponían ordenadamente en torno al mar. Las calles, llenas de estrecheces  estaban repletas de gente, los comerciantes gritaban y el jaleo del medio día se dejaba sentir en la habitación. Era una sala de pocos metros, una cama en el centro con sábanas de algodón blancas, se escuchaba el tic tac de un reloj de pared que parecía antiguo.  Un sillón a la izquierda de la ventana dibujaba sombras en el suelo y el armario del fondo estaba mal cerrado. Mario la miraba dormir. Seguramente no existía nada más hermoso que ella. Es más, el sabía que si los Dioses vieran que había robado del Olimpo a una de ellos para meterla en su cama, se enojarían tanto con él que le darían muerte. El pelo le caía en cascada por la espalda desnuda, el moreno contrastaba con la palidez de la ropa de cama que se deslizaba tapando solamente un trozo de sus pier

Seguro que sabes de qué te hablo...

Su silencio era hermoso. Lo conjugaba con miradas y alguna que otra leve sonrisa. Era como el sabor del chocolate, dulce al principio, amargo en algunos ratos y te dejaba esa sensación de recuerdo permanente en la boca. Si has tenido alguna vez el presentimiento de que las cosas iban a salirte bien, él era eso.  Ese bienestar de cuando terminas un examen y sabes que has aprobado. Ese baño en la playa que temes sea frío y algún dios parece haber puesto a la temperatura exacta para que te guste, esas gotas envueltas en sal que te dejan un resquicio de sed en los labios cuando sacas la cabeza del agua y la brisa te saluda. Él era eso. El primer día del alumbrado de Navidad cuando tienes ocho años o una mañana de sábado con sol y olor a verano. Era el paseo nocturno a la orilla del mar, la arena embadurnando los dedos de los pies y esa sensación de caminar ebria pisándola y tambaleándote en una noche de San Juan... Era la chaqueta en las madrugadas de Septiembre, que abriga lo