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Mostrando entradas de enero, 2014

"Y sonó un beso..."

Si todo fuera cuestión de magia allí estaba toda la que se necesitaba. Tras largas horas de charlas, algún café en día de lluvia o tras la excusa de conocer los rincones más recónditos de aquellas personalidades, se había forjado un misterioso lazo que los mantenía en vilo cada noche y no les daba tregua ni en la más oscura de las vigilias. Uno frente al otro. La pared fría pegada a su espalda, impedía a Andrea pensar con claridad, había imaginado tanto aquel encuentro que cualquier realidad sería ya un eco en su imaginación privilegiada. Él la miraba absorto, le temblaba el pulso aunque lo intentaba esconder y las manos no le respondían como creyó que lo harían llegado el momento. Ella suspiró y deseó con todas sus fuerzas que se cerraran todas las puertas que daban al mundanal ruido y se olvidaran las reglas en la mochila de algún viajero, así se irían lejos, quizás a miles de kilómetros de aquella habitación. De pronto sintió su aliento, que pudo reconocer, lleno

Divagaciones

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Jugaba con la taza en sus manos, como siempre, para encontrar calor en ellas. Él masticaba un trozo de gofre calentado en el microondas y tenía los pies sobre la mesa de madera chapada. Esas tardes le gustaban a ella, tardes de divagar y arreglar el mundo. -¿Sabes lo que llevo días pensando? - Sorpréndeme. - ¿No crees que una vida no es bastante? Él dejó de masticar y le dedicó una mirada de desconcierto. - Sí, a ver, me refiero a que hay personas que tienen suficiente con una sola vida, pero yo no.  Me quita el sueño pensar que no me dará tiempo a leer todas las novelas que existen, seguro que moriré sin saborear a grandes escritores que han luchado por su sueño y yo les voy a defraudar. Seguramente Dios o el que sea que ha creado la tierra, se sentirá fatal si no le doy la oportunidad a mis ojos de contemplar tanta belleza y hay gente por la calle a la que me encantaría besar y no podré. - ¿Besar a extraños? Andrea suspira y sonríe, ambas cosas a la vez. Lo mejor de Ja

"No llores"

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Andrea no tiene nada de particular, es una chica de andar por casa (casi siempre en pijama) y de las que come chocolate a cualquier hora.  Necesita pasar un rato en la cama antes de levantarse y detesta tener el armario desordenado. Tiene un carácter fuerte, aunque en ocasiones si recibe una palabra más alta que la otra puede que termine el asunto en alguna lágrima. Llorar, llora mucho, lo hace por pena, por lástima o por ira, la cosa es que aunque se pellizque las piernas y los brazos, no puede reprimir el brillo de sus ojos. En ocasiones eso la hace sentirse vulnerable, sobre todo cuando siente impotencia por algún motivo y se le llenan los lagrimales. “No llores Andrea, no llores” y respira profundamente e intenta dibujar una cínica sonrisa pero de pronto la comisura de los labios se le tuerce, le tiembla la parte inferior de la boca y la mandíbula le tira hacia abajo. “No llores Andrea, no llores, vamos por favor, no llores….”   Pero no le sirve de nada