AL ROMPERSE...



Cuando algo se rompe nos entra la imperiosa necesidad de pegarlo. Mi madre nunca quería pegar las cosas. No lo enendí jamás, pero era algo superior a sus fuerzas, así que cogía el jarrón, el muñeco de cerámica o lo que fuese (que seguramente habría roto mi hermano, porque sus manos de trapo son mundialmente conocidas en mi familia) y lo tiraba.
Una vez se rompió por una corriente de aire que cruzó mi habitación, un adorno que llevaba años guardando celosamente en una de las barrocas estanterías de mi cuarto. Obviando la fuerza que llevaba a mi madre a tirarlo todo, indagué en el baúl de herramientas de mi padre, encontré un pegamento fuerte y reconstruí los pedazos.
Aquello nunca fue lo mismo. Nunca lo vi de la misma manera, nunca conseguí sentir hacia mi recuerdo del pasado, lo que antes me suscitaba. Las marcas de aquella reconstrucción dibujaban un mapa que bien podía ser de carretera y terminó en la basura en una de esas limpiezas sin corazón que de vez en cuando me entraban.
Llegué a la conclusión de que por mucho que nos empeñemos en pegar algo que se ha roto en mil pedazos, siempre se notarán las marcas y nosotros siempre sabremos que aquello, una vez, dejó de ser.
Lo mismo ocurre con las relaciones, con los amigos y con las parejas, en ocasiones el amor que sentimos nos empuja a ignorar ciertos comportamientos, guardamos cada trocito que nos rompen y los vamos pegando. Lo que ocurre es que aquello empieza a llenarse de marcas, en ocasiones no hace falta que colecciones pedazos, pues con un solo golpe, alguien es capaz de desmontar tu mundo y te obcecas en querer reconstruirlo hasta que la evidencia te aplasta y te das cuenta de que aquello ya no es como antes.
Nos cuesta dar el paso de desterrar a ciertas personas de nuestras vidas, pero una mañana te levantas y  comprendes que es mayor sufrimiento sentir el desasosiego de ver el pegamento reseco y las buenas caras más que fingidas, que ser un poco valiente y tirar todo aquello (aunque sea una punzada certera en el alma) a la basura.

Merche

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