tus veinte primaveras...

Ella llegó a casa hace 20 años, envuelta en una toquilla y en brazos de su madre (mi madrina).
Desde aquel día la quise, la quise como se quiere a un hermano pese a que nuestros lazos sean otros. Compartimos sangre, apellido y a ojos de la gente somos primas, pero bien sabemos ambas que somos mucho más, que me encanta decir que es mi hermana porque yo he dormido bajo el mismo techo que ella muchos años, porque hemos compartido habitación, noche de Reyes y veranos enteros.

Ella y sus rizos, esos que envidio desde los primero albores de su melena azabache, su sonrisa, que cautiva a cualquiera y esa manera de entendernos con la mirada.

Ella se llama Alba, es mi hermana pequeña, a Raquel no le importa compartir ese título porque la quiere igual que yo, con el mismo sentimiento fuerte que te une a una persona de por vida.

Su nombre lo dice todo, fue el renacer, el nuevo amanecer de una casa llena de gente que le abrió los brazos y la instaló de por vida entre nosotros.

Una más, no una agregada, simplemente una más.

Sabes que esto es lo mejor que sé hacer, dejar constancia por escrito de lo que siento y contigo ni las palabras me bastan.

Ojalá el mundo pudiese entender cuantísimo te quiero y me importas, o mejor, déjales que no lo hagan, así no tengo que compartir todo lo que significas para mi con gente que no sepa apreciarlo.

Eres grande, pequeña siempre para mi memoria, una niña inquieta  y tranquila a la vez, llena de sueños y de risas, pero grande de corazón y de espíritu. Eres buena, eres lucha, eres paciencia, eres rival fuerte para las adversidades que esta vida te ha dado.

Doy gracias a Dios por el día en que naciste, por venir a mi vida y llenarla de sentido, por enseñarme a querer más allá de los lazos de la sangre, por enseñarme a compartir, a reír, a vivir, a no dejar de ser una niña a tu lado, porque contigo no pasa el tiempo y no importa que casi nos separe una década, nos volvemos infantiles cuando estamos tiradas en la cama con los pies en la pared contando cosas que se nos quedan en el tintero por la distancia y haciendo el payaso cada diez minutos.


Gracias por existir.

A mi hermana Alba.

Merche...

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