La manera en que te quise...



Recordar la manera en que te quise me desvela.
Me ahoga.
Le hace a mis lágrimas salir de la cama...


Si supieras de qué forma te imaginé...
Quizás no te quise bien, pero te quise...
Supuse una vida con tu nombre y tierra en nuestros zapatos.

He escrito mucho de un final, no del nuestro, pero hay que sacar el veneno de la herida antes que se infecte.

Recuerdo en algunas mañanas tu sonrisa, tus besos antes de marcharte y tu mano empujándome a seguir...
En días como hoy, siento el peligro de recordarte entre lágrimas, de pensarte tan lejos de mí y de meter en cajas lo que pudo ser y fue de manera equivocada.

Si no hubieras dejado que me hiriesen, si yo no hubiera permitido que me importara...

Este es mi duelo, porque aunque los que abandonan, parece ser que no pueden sentir debilidad, lo camuflo entre las sábanas del rencor y el fracaso y hoy he decido ceder con mi corazón y llegar al acuerdo de enterrarlo todo. No siempre los que cierran la puerta y se marchan son los que salieron primero.

Tienes mi pasado entre tus dedos, mis secretos en los cajones de tu casa y mis miedos bajo tu camiseta. Puedes destruirme. A ti te lo permito, no dejes que nadie lo haga en tu nombre.

Hay árboles que por mucho que se aferren a sus raíces, terminan por caer y yo me derrumbé, era demasiado el viento que soplaba.

Me quedo hoy con lo mejor, con el calor de las tardes de invierno y el sol de la primavera en nuestra cara, me quedo con los kilómetros a nuestras espaldas y el logro de querernos.
Me guardo en la maleta la felicidad de estar solos, los besos a escondidas y un comienzo de cuento.
Me quedo con las lágrimas que me impiden escribir y el temor a que alguien me descubra cerrando esta puerta.
Me quedo contigo y tu boca, tu café de las mañanas y los abrazos lejos de casa.
Me quedo con tu coche en la puerta, tu mano temblorosa o tus miedos que fueron míos.
Me quedo con que ambos hemos ganado aunque lo ignores.
Me quedo contigo, con el de antes...
Me quedo con la fuerza y la valentía que he tenido...
Me quedo con que amarnos era tan complicado que aprendimos a hacerlo de espaldas y lejos de nosotros.

Espero que en algún momento de esta vida, pueda recordarte sin sentir este miedo atroz a sentirme tan desgraciada, a sentirme tan perdida, a sentirme tan distanciada de lo que soy.

Espero que ahora que he recuperado mi yo, nadie vuelva a separarme de aquella de la que te enamoraste y que obligaste a perderse...

Merche....





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